Enfermedades oculares más frecuentes
Escribir sobre las enfermedades oculares más frecuentes de estas razas no significa que los Retriever tengan más posibilidades que otras razas de quedar ciegos en un futuro próximo, solo queremos intentar explicar algunas alteraciones oculares más frecuentes en esta raza y que deben ser observadas por criadores, veterinarios y propietarios a la mayor brevedad posible con el fin de separar estos animales de cualquier programa de reproducción y evitar de esta forma la diseminación de estas patologías. Quizás las enfermedades oculares sean más conocidas en los Retriever dado el gran auge en cuanto al número de ejemplares que existe en Inglaterra y Estados Unidos, países ambos en los que se realizan pruebas exhaustivas a los ejemplares dedicados a la reproducción. La importancia del diagnóstico temprano de algunas de estas enfermedades radica en su base genética y carácter hereditario, que será lo primero que intentaremos explicar.
Enfermedades oculares más frecuentes en los Labradores Retriever
Base genética
El ejemplo más claro es la atrofia progresiva de retina, enfermedad que se transmite de forma recesiva simple: el genotipo RR será el de un animal sano, y el genotipo rr será el de un animal afectado; dominando el gen R sobre el r. El caso de los animales Rr es el de los denominados portadores; animales sanos que son potencialmente transmisores de la enfermedad y que solo producirán hijos afectados si son apareados con genotipos rr y Rr, de tal forma que solo pueden ser identificados por pruebas de progenie, al examinar los hijos podremos saber que los padres están afectados por una anomalía en este gen y son transmisores de la enfermedad. Por el contrario, si apareamos un portador Rr con un animal sano RR no obtendremos nunca animales afectados, pero ayudaremos a camuflar la enfermedad y perpetuarla durante generaciones, extendiéndola más todavía y haciendo más difícil su erradicación.
Los ensayos reproductivos son la forma más eficiente de detectar portadores, pero se necesita un gran conocimiento de los pedigríes y hasta siete generaciones para poder dictaminar si un animal es portador o sano, es muy difícil realizar estos ensayos dados los altos costos económicos y su larga duración en cuanto al tiempo.
Otra forma de herencia es la transmisión múltiple o poligénica, los casos más conocidos son el entropión y la displasia de retina. En este modo de herencia participan varios genes y también las condiciones externas, de modo que el patrón de herencia se hace totalmente irreconocible.
Diagnóstico genético
Este método diagnóstico va ganando adeptos durante los últimos años. Se trata de una prueba que se realiza con una muestra de sangre que debe ser enviada a los laboratorios de referencia (Optigen o Vetgen), donde por medio de marcadores genéticos se detecta la existencia o no de alelas causantes de atrofia progresiva de retina (APR) en el labrador retriever. Las ventajas de esta prueba son un diagnóstico precoz de animales afectados o portadores de APR, las pruebas pueden realizarse incluso a cachorros de tan solo tres meses de edad. La otra ventaja fundamental es que las pruebas genéticas son válidas de por vida, así que no hace falta revelara al animal como ocurre con los exámenes oftalmológicos tradicionales que deben repetirse periódicamente.
- Como desventaja caben destacar su alto coste económico, su especificidad de lesión (esta prueba no es válida para detectar el resto de anomalías oculares) y la existencia de ciertos falsos positivos que pueden darse cuando existe un alelo mutante, cuestión esta última que parece va a ser mejorada con una nueva actualización de los marcadores de la prueba.
- Los análisis de ADN para cualquier prueba pueden ser de dos tipos: específicos y de ligamiento. En los test específicos el análisis se hace directamente sobre el gen implicado en la enfermedad y se requiere, pues, que haya sido identificado previamente la naturaleza molecular de la mutación. En otros casos no es posible realizar la prueba directa debido a que no se ha aislado el gen causante o no se conoce, entonces se recurre a las pruebas de ligamiento, en las que se determina el fenotipo del animal para un segundo gen, fácilmente identificable y que se usa como marcador, y que por estudios genéticos previos se sabe que está localizado en la misma región cromosoma que el gen principal (el implicado en la enfermedad), y muy próximo a él, cuanto más próximos estén el gen implicado y el marcador más fiables serán los resultados al disminuir la posibilidad de recombinación entre estos genes. Los test de ligamiento son los realizados por Optigen.
Los resultados de esta prueba categorizan a los animales en tres grupos:
- Optigen A: animal libre de APR
- Optigen B: animal portador del alelo defectuoso y por tanto portador de APR
- Optigen C: animal afectado de APR al portar dos alelos defectuosos.
Este método diagnóstico también puede realizarse a partir de ADN obtenido de muestras de semen congelado, de forma tal que se puede saber si un semental ya fallecido puede ser adecuado para utilizarlo en nuestro programa reproductivo.
En un futuro próximo se lanzarán al mercado varios test para diferentes enfermedades de carácter genético, entre otros la narcolepsia en el Labrador Retriever.
La información aportada por las pruebas genéticas ha de ser utilizada con precaución por los Clubes de Raza y Asociaciones de criadores, si deciden iniciar un programa de cruces para eliminar o reducir la incidencia de una enfermedad en una determinada raza, ya que el programa de cruces deberá tener en cuenta que se ha de mantener la diversidad genética de la raza, un programa de cruces radical, como sería cruzar solamente homocigotos normales (RR, en nuestro caso), llevaría, muy probablemente a la perdida de características genéticas importantes para la raza.
Examen Ocular
Los exámenes oculares deben realizarse de forma periódica anual, y siempre por parte de un oftalmólogo veterinario experto, dada la dificultad de diagnóstico de algunas de estas enfermedades; de hecho, algunos criadores británicos muy reputados especifican en la publicidad de su criadero quien ha sido el oftalmólogo que ha revisado sus perros para que no haya la más mínima duda en cuanto a la fiabilidad de los diagnósticos. Toda la información obtenida en estos exámenes, es plasmada en un certificado específico oftalmológico, y debería poderse utilizar por parte de los distintos clubs de raza y criadores, para así esclarecer la existencia de animales portadores, un ejemplo es el Club del Retriever Sueco, que dispone de una base de datos accesible por Internet donde se enumeran todos los perros que han sido detectados como portadores o afectados en los dos últimos años en el Reino Unido los exámenes oculares son publicados en los distintos boletines del Kennel Club, información de libre acceso.
Merece destacar en este sentido la buena labor del Club Español del Retriever, que en sus últimas exposiciones monográficas invita al prestigioso oftalmólogo Británico Dr. Barnett, para realizar las pruebas a los ejemplares que así lo deseen.
En el examen ocular, podemos distinguir las siguientes anomalías:
Microftalmia
Menor tamaño del globo ocular, que queda albergado al fondo de la órbita, puede ir acompañado de conjuntivitis mucopurulenta y lagrimeo. El carácter hereditario en la raza no se ha podido demostrar.
Entropion
Se trata de la inversión de todo o parte del margen palpebral, y puede afectar al párpado superior, inferior o ambos. Esta causado por alteraciones en la tensión de los músculos orbiculares y esta influido por factores como la conformación del cráneo, tamaño de la órbita y pliegues faciales. Provoca dolor e irritación con lagrimeo continuo por el roce del párpado contra la cornea y su corrección mediante cirugía resulta fácil. Forma de herencia por transmisión múltiple.
Ectropion
Eversión del margen del párpado inferior que deja expuesta mas superficie de la conjuntiva de lo debido, por lo que se producen conjuntivitis frecuentes; al igual que en el entropion, la corrección quirúrgica es definitiva, y se trasmite de la misma forma. La mayoría de los casos de ectropion suelen deberse a alguna injuria o herida mal cicatrizada en el borde palpebral.
Lipidosis corneal
Deposito de lípidos en la cornea que se manifiesta en forma de manchas de color blanquecino en la parte frontal del ojo y que permiten el paso de parte de la luz; generalmente se encuentran asociada a dietas ricas en grasa.
Lipidosis corneal
Deposito de lípidos en la cornea que se manifiesta en forma de manchas de color blanquecino en la parte frontal del ojo y que permiten el paso de parte de la luz; generalmente se encuentran asociada a dietas ricas en grasa.
Cataratas hereditarias
Opacidad del cristalino que afecta al animal desde su nacimiento y le provoca una ceguera total; se puede manifestar desde que el perro abre los ojos hasta los dos años de edad, se transmite por un gen dominante.
Displasia de retina
Se trata de una anomalía congénita presente en el momento del nacimiento, en ella se produce una falta de desarrollo del epitelio de la retina con desorganización de las capas externas, lo cual puede provocar incluso desprendimientos de retina. Los animales afectados se detectan como ciegos a las 6-7 semanas de edad, éstos presentan pupilas dilatadas que no responden a los cambios de luz. Puede aparecer asociada a microftalmia.
Atrofia progresiva de retina (APR)
Actualmente denominada degeneración progresiva de conos y bastones, se trata de la afección hereditaria más frecuente en la retina del perro. En esta enfermedad se produce un fallo enzimático en los fotorreceptores de la retina, que si afecta primero a los bastones producirá una pérdida en la visión nocturna; en cambio, se producirá primero la pérdida de la visión diurna al afectar a los conos. La retina lesionada presentará zonas de pigmentación, de modo que se clasifica como APR central si afectan al centro de la retina y como APR generalizada cuando las zonas pigmentadas se distribuyen por todas partes.
La APR central es la que suele afectar al labrador retriever, se transmite de forma recesiva simple y suele manifestarse con una pérdida gradual y lenta de visión que comienza hacia los tres años de edad. Dado que las alteraciones de fondo de ojo no suelen producir dolor, hay veces en que el propietario no se percata de la enfermedad hasta bien avanzada esta, de ahí la importancia de los exámenes rutinarios para un diagnóstico temprano. Las primeras manifestaciones suelen ser una pérdida del campo visual central, de forma que el perro observa perfectamente los movimientos laterales, pero no los centrales; se trata de perros que al acudir a la llamada de su amo vienen de forma zigzagueante, para así no perderle de vista, o de animales de caza que en el campo son capaces de seguir un pájaro abatido hasta tierra pero luego en el suelo son incapaces de localizarlo. En los casos de APR central, la visión que más rápido se ve alterada es la diurna, al haber mayor densidad de conos en el centro de la retina y ser esta parte la afectada.
Si encontramos un animal afectado sabremos que los padres son portadores del gen y no deben utilizarse para la reproducción, y los hermanos tienen más de un 50% de probabilidades de portar también el gen. Vuelvo a destacar la importancia de diagnosticar cuanto antes a los animales afectados para así poder erradicar de los programas de cría al portador, ya que existen casos de grandes reproductores que han sido utilizados como sementales en grandes países y no se detectó su condición de portadores hasta los 8 años.
Otras alteraciones, como la displasia retiniana multifocal, causada por una anormal diferenciación de la retina durante el periodo embrionario, y los depósitos pigmentarios anormales de melanina en varias partes del ojo se encuentran todavía en estudio, de forma que aún no han sido encuadradas como alteraciones oculares propias de la raza. PP
Fuente: Asociación Española del Labrador Retriever